lunes, 12 de marzo de 2012

Barcelona - Torre Agbar - Grúa Municipal



Hoy tengo ganas de hablar de la grúa municipal por el simple y desagradable hecho de que mi coche ha desaparecido por arte de birlibirloque o más bien, yo a ese arte prefiero llamarlo MCJM (multar a los ciudadanos para joderlos aún Mas).
Bien es cierto que he aparcado donde no debía, pero en mi defensa diré que es un área residencial donde no camina nadie por las aceras porque todos tienen Mercedes, BMW o Porsches. Y debo añadir que en los alrededores (enfrente) hay un centro del SOC (para los no inmersos en la lengua catalana, es el Servei d'Ocupació de Catalunya, lo que viene siendo el INEM de toda la vida). Por lo tanto, señor agente, puede usted deducir que probablemente y con casi 6 millones de parados, esos coches taaaaan mal aparcados van a hacer una gestión rápida: recoger o dejar un papelito o quizás renovarse el paro... Pero claro, usted no va a deducir nada de eso porque hay que recaudar de los ciudadanos lo que los políticos han robado.
He pasado por varias fases: decepción, tristeza, nerviosismo, mala baba, destructiva, pobreza y, finalmente, sarcasmo e ironía negra. Cuando he llegado a esta última fase he mandado un mensaje al depósito municipal para que me indicasen qué demonios tenía que hacer para recuperar el coche. Amablemente, un servidor me ha remitido otro mensaje dándome las gracias (¿?) y dándome instrucciones precisas para recuperar mi buga (decía claramente: coger un bidón de gasolina y rociar el depósito municipal, pero no me acababa de convencer la idea, más que nada porque mi coche estaba todavía dentro).
Pues bien, como no tenía coche, ni sabía dónde estaba en Barcelona, pues he ido andando, desgastando suela y suelo para hacer gasto al ayuntamiento. Una vez allí he contado casi cien coches retenidos, sin contar las motos y... ¡bicicletas! Pero he preferido hacerme la loca y he preguntado a una pareja de hecho de policías urbanos cómo llegar a pagar la multa que va a hacer que este mes haya acabado hoy. Pues esta pareja de hecho debía tener cachondeo y me ha preguntado de guasa: "¿Qué pasa? ¿Que te ha llevado la grúa el coche?". Mi primera reacción ha sido un dragón verde de dos toneladas saliendo de mis entrañas, pero mi respuesta ha sido: "No, lo que pasa es que mi coche se ha volatilizado y ha caído en el depósito de la grúa. ¡Qué casualidad! ¿no?". Me he guardado el "¿no te jode?" porque era un agente de la ley y no vaya a ser que también me acusen de desacato, además de aparcar en la acera. Como se le ha quedado cara de lelo (todavía más), me ha indicado la dirección con el mismo dedo con el que se saca los mocos en el coche patrulla. Yo he agradecido tan aciago gesto con un "Gracias" lleno de rencor y odio, pero mi voz de niña buena atenuó las consecuencias.
En fin, que una vez en ventanilla me he encontrado con una funcionaria amable y simpática, pero que no me podía hacer descuento de ningún tipo, ni siquiera por estar en el paro. Incluso me la llevé a mi terreno y conseguí de sus labios unos pocos ánimos y una recomendación: "ven en transporte público". Luego amablemente me dio a elegir dos opciones: la de pagar la retirada del vehículo o el combopack, es decir, pagar la retirada y la multa juntas. Elegí el combopack: 200 eurazos y no me pusieron ni siquiera una Coca Cola.
Una vez recuperado el coche he comprobado minuciosamente que no tuviera ningún golpe ni rasponazo provocado por la grúa porque si hubiera sido de esta forma hubiera puesto en marcha las recomendaciones de la gasolina y el mechero, pero como no tenía nada ni yo fumo, se me ha ido pasando el disgusto.
Espero que ahora entendáis la relación: Barcelona - Torre Agbar - Grúa Municipal.

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